sábado, mayo 27, 2006

Izar velas

Sigue mi dificultad para dormir. Puedo pasarme horas y horas en la cama buscando la calma pero lo único que encuentro es angustia. Viejos amigos bajan y me recuerdan quién soy y de dónde vengo. La visita no es grata. Me ancla a la noche y me roba la mañana.

La puerta que se ve a la izquierda da a una cuesta arriba, al final de la cual hay otra puerta. He recorrido ese camino tantas veces que ya no se cuando es que voy, y cuando es que vengo. Es por eso que voy perdido.